


EntendĂ que mi vida estĂ¡ envuelta en muchos mandalas. Soy persona de pocas cosas, pero las pocas que tengo tienen una simbologĂa particular. Siempre he adquirido esos objetos por lo que me han hecho sentir en el momento.
Somos seres que tenemos la capacidad para estar en constante transformaciĂ³n, esto es impulsado por la inspiraciĂ³n de ser mejor. Esto lo aprendĂ en un viaje hace 10 años. Pararme frente a la pirĂ¡mide de Quetzalcoatl, y entender por primera vez el significado de la serpiente emplumada me ha hecho experimentar muchas situaciones de forma consciente. He vivido momentos que me han hecho crecer en muchos aspectos.
En este instante quiero dejar registro de lo que mi cabeza estĂ¡ procesando, estoy aprendiendo a crear imĂ¡genes con el hilo y el crochet.
No se si puedo explicar lo que visualizo. Si en algĂºn momento ven mis redes sociales podrĂ¡n ver que ya tejĂ mandalas, todos siguiendo patrones. Luego de realizar el taller, he realizado dos proyectos pequeños, los iniciĂ© tomando dos flores africanas que tenĂa guardadas, y fui agregando puntos. Eso fluyo de tal forma que me agrado.
Veo que no se le puede dar intensidad al tejido porque los colores que uso son planos, pero el efecto visual es agradable. Hoy inicié mi tercer proyecto, y pensé: no voy a usar tantos colores, solo cuatro.
EmpezĂ³ a formarse una flor nuevamente, el primer intento era una margarita, pero al agregar el verde me di cuenta que no querĂa hoy ese color. Entonces deshice, y comencĂ© nuevamente. AquĂ va la combinaciĂ³n, y en mi mente ya tengo la secuencia de vueltas que quiero alcanzar. No he transcrito los puntos a un patrĂ³n. Aun no aprendo a dar formato al diseño.
Me di cuenta que dejĂ© de contar, cosa que no sucede cuando usas patrĂ³n. El patrĂ³n requiere que cada puntada sea en un sitio especĂfico, un punto tras otro, se cuentan al aire, y en el lugar donde va.
Lo que si he podido hacer, es visualizar en mi mente un Ă¡rea que no habĂa experimentado, lo percibo amplio. En ese espacio me dejaron de preocupar las ondas que se forman cuando uno agrega mas puntos de los necesarios, pareciera que las manos reconocen la cantidad suficiente que se deben agregar.
No se si esto es tonto o no. Siempre he tenido inquietud por la forma cĂ³mo el cerebro adquiere conocimiento, cĂ³mo manifiesta posteriormente un momento especĂfico donde entiende que aprendiĂ³ algo. Un proceso de aprendizaje, que al ser reconocido por la persona en sĂ alcanza niveles de metacogniciĂ³n. Esto lo escribo a manera de diario, a fin de recrear lo que veo, y lo que sentĂ con estas experiencias.
Si estĂ¡n en el estado Carabobo les recomiendo la experiencia en Talleres de Vida (en instagram).

EmpezĂ³ a formarse una flor nuevamente, el primer intento era una margarita, pero al agregar el verde me di cuenta que no querĂa hoy ese color. Entonces deshice, y comencĂ© nuevamente. AquĂ va la combinaciĂ³n, y en mi mente ya tengo la secuencia de vueltas que quiero alcanzar. No he transcrito los puntos a un patrĂ³n. Aun no aprendo a dar formato al diseño.
Me di cuenta que dejĂ© de contar, cosa que no sucede cuando usas patrĂ³n. El patrĂ³n requiere que cada puntada sea en un sitio especĂfico, un punto tras otro, se cuentan al aire, y en el lugar donde va.
Lo que si he podido hacer, es visualizar en mi mente un Ă¡rea que no habĂa experimentado, lo percibo amplio. En ese espacio me dejaron de preocupar las ondas que se forman cuando uno agrega mas puntos de los necesarios, pareciera que las manos reconocen la cantidad suficiente que se deben agregar.
No se si esto es tonto o no. Siempre he tenido inquietud por la forma cĂ³mo el cerebro adquiere conocimiento, cĂ³mo manifiesta posteriormente un momento especĂfico donde entiende que aprendiĂ³ algo. Un proceso de aprendizaje, que al ser reconocido por la persona en sĂ alcanza niveles de metacogniciĂ³n. Esto lo escribo a manera de diario, a fin de recrear lo que veo, y lo que sentĂ con estas experiencias.
Si estĂ¡n en el estado Carabobo les recomiendo la experiencia en Talleres de Vida (en instagram).
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