entre sol, luna, arco iris, ícaro,
estrellas, viento, rayos y nubes,
y cuya elección olvidé.
Aquel tiempo de la adolescencia
en el que pasaba horas
pensando qué podría ser
qué podría ser, qué podría ser.
Si mi mundo fuese el suelo
¿Qué querría ser? o mejor aún
Si fuese un árbol ¿que querría ser?
Elegí un Flamboyant
rojo, boyante en su floración,
visitado por colibríes,
derramando color y agitación.
y entonces pensé:
cómo puedo perderme
la oportunidad de verlo,
o de acostarme en su pie.
Un lugar en color donde puedo
reposar y admirar el entorno,
los destellos del komorebi
y espero con ilusión la siguiente gala.
La tarea no es fácil, me ayudó a reflexionar.
Mirar mis preferencias, para reencontrarme
con quien soy, puedo, quiero y espero
mientras vuelve el ciclo.
Si mi mundo fuese un árbol sería
algodón, lino, moriche, palma,
o tal vez sería cáñamo, yute o bambú.
fibras para tejer, acariciar, abrazar.
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