Nunca he visto un narciso, pero hacerlos y leer un poco de ellos me han motivado a buscarlos y conocerlos, se convertirĂ¡ en una pequeña meta de vida. La flor del narciso surge de un mito griego, y cada vez que voy leyendo de ello me inspira a seguir conociendo de esto.
Narciso hijo de Cefiso y LirĂope la ninfa. LirĂope recibiĂ³ del adivino Tiresias la revelaciĂ³n que condicionaba la llegada a la vejez de Narciso: "SĂ³lo si no se conocerĂ¡ a sĂ mismo". Y sucediĂ³ que la belleza del joven atraĂa a los muchachos y las jĂ³venes, pero este no sentĂa atracciĂ³n por ninguno.
SucediĂ³ que Eco se sintiĂ³ atraĂda, su amor fue creciendo y lo declarĂ³ con la misma vehemencia que Narciso la rechazĂ³. Avergonzada se escondiĂ³ en los bosques, y quedĂ³ allĂ donde nadie puede verla. SuplicĂ³ para que Narciso nunca se enamorara y sufriera por ello, exclamando: "OjalĂ¡ Ă©l tambiĂ©n se enamorĂ© y no pueda poseer a su amado".
Narciso quedĂ³ prendado de sĂ mismo al ver su reflejo en un estanque, se deseaba como a nadie. DespuĂ©s de agonizar de tristeza y reclamar a la vida la imposibilidad de poseer a su amado, muriĂ³, en el sitio "encontraron una flor con el centro amarillo, rodeado de pĂ©talos blancos". (Tomado de Metamorfosis de Ovidio)
Para elaborar esta flor solo necesita conocer punto cadena, punto bajo, punto alto, punto alto doble y punto alto triple. Lo demĂ¡s es cuestiĂ³n de paciencia y cariño. Los detalles por agregar serĂ¡n los que decidas, incluso los he visto tejidos con el bulbo, y de distintos colores.
Patrones para tejer narcisos hay varios, yo escogĂ el publicado por Sandra en el blog intrecciincantati:

Los narcisos los acompañé por otra flor que me gustĂ³ mucho, aunque el patrĂ³n inicial era de cinco pĂ©talos y por error resultĂ³ en uno de seis que me encantĂ³.
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