La vida cotidiana nos puede sorprender o simplemente pasar desapercibida, depende de la forma que dispongamos nuestros sentidos hacia el exterior.

Hoy una niña gritaba insistentemente, por lo que decidí subirme a la escalera y ver sobre la pared perimetral de mi casa. Fui testigo de las cosas que pasan:

Un señor pastoreando un rebaño bovino, una niña como de seis años gritando "¡abuelo!" el abuelo no responde. Aparece otro niño entre el monte como de cinco años sin franela, más atrevido. El abuelo a los gritos al fin contesta : qué pasa...por qué te metes por ahí. Busca la pared, busca la pared. La niña sigue llorando y dice: no te veo. El abuelo metete por el terreno más limpio, y el niño va caminando por el monte más alto que casi lo cubre.

En fin, algunos tenemos miedo, otros son atrevidos. La vida nos invita a tomar el camino que deseemos. 

En este día he realizado un tejido sin patrón, simplemente dejé que la aguja hiciera lo que la inspiración indicaba. He tejido varias flores de loto anteriormente, es una pieza que me llama mucho la atención.

Hoy hice un intento, y aunque no es fidedigna me parece que merece ser trabajada un poco más, y mejorar el modelo.