Hace años vi una carpeta redonda tejida en una mesa de comedor, la carpeta de color blanco había sido tejida siguiendo un patrón de una revista de ganchillo. Por qué nunca pude olvidarme de ella, pues otras veces he señalado que recibí mis primeras instrucciones para aprender crochet de una señora amiga de mi abuela, luego con una revista de ganchillo y de manera autodidacta logré adquirir el lenguaje simbólico para trabajar con representaciones gráficas, ese tapete coincidió con el tiempo en que yo aprendía, tal vez es una de esas imágenes significativas, que sirven de referentes en los procesos de aprendizaje.
Se que no soy una experta porque ha medida que me he interesado en perfeccionar las técnicas, me he dado cuenta que existe un conocimiento que se construye con la experiencia. Además de terminar las puntadas convenientes es necesario acabarlos y bloquear los tejidos siguiendo procedimientos de vapor y secado, detalles que pueden encontrar en varias páginas de internet.
Las ondas de aquel mantel redondo me hizo entender que un tejido que perdía o ganaba puntos de manera innecesaria por error del tejedor termina siendo algo muy distinto a lo que el patrón instruye. Digamos que me convertí con el tiempo en una persona que siempre detalla los tejidos que encuentro a mí paso, pero pocos logran quedarse en mi memoria como el blanco del que les hablo.
En mis trabajos son muchos los que han salido con ondas o irregulares, este proyecto que acabo de terminar no es la excepción, tuve que corregir varias vueltas en tres ocasiones distintas, lo que agregó a mi trabajo al menos dos días adicionales al trabajo. En ese ir y venir siempre se escapan detalles que afectan el producto final. Es así que queda un producto elaborado con la misma dedicación, pero no totalmente fidedigno, por supuesto eso no lo hace menos atractivo, simplemente varió el resultado. Debo aclarar que siempre que seguimos un patrón el ideal para el tejedor es que una labor cumpla con las instrucciones y se logré la belleza de la imagen que creó el diseñador original, sin embargo cuando esto no se consigue con la exactitud necesaria no deja de ser valorado, por las manos acuciosas que lo elaboraron.
Con esta nueva entrada quiero destacar que cualquier tipo de labor manual puede llevarnos a sentirnos confundidos, agobiados e incluso desconcertados. Cada patrón que elegimos tiene retos y vicisitudes, pero esto no debe desanimarnos, cada esquema que he tenido en mis manos me ha enseñado algo distinto, y cada resultado me ha dejado muchas satisfacciones. Mas adelante seguiré compartiendo con los lectores interesados acerca de la lectura de patrones.